Parafraseando
a Rosales (1990), la evaluación es una reflexión sobre la enseñanza. Aunque en muchas
investigaciones se han encontrado dificultades para la puesta en marcha de un
sistema de evaluación formativa (Biggs, 2005; Bretones, 2002; Brown y Glasner,
2003; Fraile y Aragón, 2003; López, 2000; Rovira, 2000; Santos, 2001), la
mayoría de los especialistas sobre el tema apuestan por ella.
La evaluación en el ámbito universitario,
incide, según Escudero (2010), en tres funciones indispensables en toda
enseñanza de calidad: orientación diagnóstica, evaluación con orientación
formativa, hacia el estímulo y la mejora, y la evaluación con orientación
sumativa, esto es, certificadora del aprendizaje y acreditadora del nivel del
estudiante.
Según el artículo 2 de la Normativa del reglamento de evaluación estudiantil
de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (2002) establece:
Artículo
2: “En concordancia con el artículo 5 del Reglamento de Evaluación Estudiantil,
que estipula la existencia dentro del proceso de evaluación de los aprendizajes
de diferentes formas de participación, tipos y estrategias de evaluación, las
cuales deben responder a la naturaleza y modalidades de administración de los
cursos, las fases y las actividades de extensión acreditables, según lo pautado
en el diseño curricular vigente, se establece:
1. Los
tipos de evaluación estudiantil, según el propósito y el momento en que se
realiza, serán: diagnóstica, formativa y sumativa”…
Evaluación formativa, evaluación criterial,
evaluación continua (tanto inicial como final) y autoevaluación, son algunos
términos que debemos conceptualizarlos para su mejor comprensión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario